Por Rodrigo Figueroa, Jefe de Unidad de Formación Continua CFTOH
En el actual panorama laboral, marcado por la digitalización y los avances tecnológicos, la reconversión laboral se ha convertido en una necesidad clave para enfrentar los desafíos del mercado. Los nuevos enfoques de reconversión se centran en la adquisición de competencias digitales, habilidades blandas y conocimiento especializado, que son cada vez más demandados en sectores emergentes como la inteligencia artificial, la sostenibilidad y el comercio electrónico. Estos enfoques apuestan por la flexibilidad y la personalización, adaptando los programas formativos a las necesidades individuales y a los perfiles laborales específicos, permitiendo una transición más eficaz hacia roles laborales alineados con las exigencias actuales.
La formación continua es fundamental en este contexto, ya que garantiza la actualización constante de conocimientos y competencias en un entorno en permanente cambio. Este tipo de formación no solo aumenta la empleabilidad de los trabajadores, sino que también contribuye al desarrollo profesional y personal, fortaleciendo su capacidad para adaptarse a nuevos escenarios laborales. En sectores tradicionalmente afectados por la automatización, como la manufactura o el comercio, la formación continua permite adquirir habilidades transferibles hacia ocupaciones emergentes, promoviendo la resiliencia y la sostenibilidad laboral.
Además, las organizaciones están adoptando la formación continua como un pilar estratégico, invirtiendo en el desarrollo de sus equipos para mantenerse competitivas. Programas de aprendizaje basados en tecnologías innovadoras, como plataformas en línea y simulaciones interactivas, están ganando protagonismo. Al fomentar una cultura de aprendizaje permanente, estas estrategias no solo impulsan la productividad y la innovación, sino que también fortalecen el compromiso de los empleados, generando un impacto positivo tanto a nivel individual como colectivo.