Por Adrián Pereira Santana, Rector CFTE OH
Cada año, el mes de agosto corresponde al Mes de la Educación Técnico-Profesional y el día 26 se celebra el Día del Técnico-Profesional. Esta conmemoración recuerda la creación de la Dirección de Educación Profesional en 1942, constituyendo el primer hito de institucionalización de lo que hoy conocemos como educación técnico-profesional en nuestro país.
Este compromiso es, a la vez, con la educación y con el desarrollo productivo, económico y social del país. Tal como señaló nuestro Ministro de Educación en la conmemoración de dicha jornada:
“La formación técnico-profesional siempre ha estado al servicio de los procesos transformadores de nuestro desarrollo productivo, que no es otra cosa que el motor de cambio y progreso de cualquier sociedad en cualquier parte del mundo. Estamos muy orgullosos de seguir potenciando la educación TP y esperamos que todos estos avances se consoliden muy en el corto plazo” (Nicolás Cataldo, 26 de agosto de 2025).
Este compromiso con los procesos transformadores es también un compromiso con la sustentabilidad, la innovación, la equidad y el desarrollo regional; por lo tanto, también lo es con la descentralización. Allí es donde los Centros de Formación Técnica del Estado responden con una formación de calidad, pertinente al territorio, sustentable e innovadora en cada región, constituyéndose en educación de vanguardia. Son, a la vez, destino formativo y mecanismo de articulación dentro de nuestro sistema educacional.
Tal como señaló en 2024 el Presidente Gabriel Boric:
“La Educación Técnico-Profesional es parte esencial del sistema educacional chileno y debe ser reconocida como tal (…) basta de la visión clasista y sesgada que califica la educación técnica como una de segunda clase, como una segunda opción” (Día de la Educación Técnico-Profesional, 2024).
Hoy en día, la formación técnica que entregan los CFT estatales constituye una alternativa a la educación universitaria tradicional, ofreciendo rutas formativas diversas que responden a los requerimientos de las personas en distintos territorios.
Esto se evidencia al analizar la composición del sistema: si bien la formación técnica aún representa una porción menor del sistema general (10,5% de la matrícula de pregrado) y la matrícula 2025 muestra un mayor crecimiento porcentual en universidades (5,5%) que en CFT (5%) e IP (4,1%), el crecimiento en los CFT estatales destaca con un aumento de 22,8% respecto al último año, alcanzando un total de 18.476 matrículas, lo que representa el 1,4% de la matrícula total de pregrado (SIES, 2025).
Tal como señala el portal educaciontecnica.cl, la Educación Técnico-Profesional es clave para el desarrollo social y productivo del país de manera sostenible, ya que confluyen en ella la educación y el trabajo, con fuerte énfasis en el desarrollo tecnológico y el conocimiento aplicado, combinando teoría y práctica. Su propósito es asegurar el desarrollo de la diversidad de talentos y capacidades de las personas a lo largo de sus vidas, de acuerdo con las necesidades económicas, tecnológicas, productivas, sociales y de sostenibilidad del país, contribuyendo así a un Chile con mayor equidad, igualdad e inclusión.