Demanda laboral, pertinencia curricular y territorial

Por Adrián Pereira Santana, Rector CFTE OH

La Ley N.º 20.910 de 2016, que crea quince Centros de Formación Técnica Estatales —entre ellos, nuestro Centro de Formación Técnica Estatal de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins—, establece que estas instituciones de educación superior estatales tienen como finalidad la formación de técnicos de nivel superior, con énfasis en la calidad de la educación técnica y en el mejoramiento de la empleabilidad, permitiendo así que sus egresados participen en el mundo laboral con trayectorias de alta calificación.

De este modo, la ley promueve la formación integral de las personas, incorporando también la educación cívica y ciudadana, y orientando su quehacer a mejorar la inserción social y regional de los estudiantes. Asimismo, los CFT Estatales tienen entre sus objetivos contribuir al desarrollo material y social sostenido, sustentable y equitativo de sus regiones, fortalecer la competitividad y productividad, y favorecer la diversificación de la matriz productiva regional y nacional, mediante la industrialización y la agregación de valor.

Además, se busca la formación de personas íntegras, con sentido ético y de solidaridad social, respetuosas del medioambiente y los derechos humanos, y comprometidas con el desarrollo espiritual y material de sus comunidades.

Por su parte, los Estatutos de nuestro CFT, definidos en el DFL N.º 20 del Ministerio de Educación (2017), establecen que el proyecto institucional debe reflejar la vocación productiva de la región, así como la pertinencia de la formación y la empleabilidad de sus egresados y titulados, entre otros aspectos relevantes.

En esa línea, la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) 2024–2036 define su imagen objetivo de la siguiente manera:

“La Región de O’Higgins se consolidará como un referente de desarrollo sostenible, priorizando la revitalización de recursos naturales y la adaptación al cambio climático. Garantizará bienestar social y la seguridad de las personas mediante servicios accesibles, infraestructura moderna y conectividad, apoyados por una gestión inclusiva, equitativa y abierta a la ciudadanía. Promoverá una matriz productiva diversificada, con clústeres en áreas emergentes como el turismo y una agricultura avanzada, impulsados por la educación técnica y el talento humano en constante desarrollo. Valorará el patrimonio cultural, fortalecerá la agricultura familiar campesina y fomentará la descentralización mediante alianzas público-privadas, integrando la equidad de género y soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar retos ambientales y productivos.”
(Estrategia Regional de Desarrollo 2024–2036, p. 54)

La misma estrategia añade que:

“La Imagen Objetivo, al proponer una transición hacia actividades de mayor valor agregado sustentada en la educación técnica y la investigación vinculada a la realidad regional, aborda las demandas juveniles de empleo de calidad y fomenta el desarrollo de capital humano competitivo. Además, esta dimensión incluye las preocupaciones asociadas a las perspectivas de género, promoviendo la igualdad de oportunidades en áreas estratégicas como las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas).”
(Ídem, p. 55)

Dentro de su Eje de Derechos Sociales, específicamente en el programa Formación permanente para la vida, la estrategia plantea como prioridad:

“Implementar programas de formación técnica de nuevas especialidades con pertinencia productiva en liceos técnico-profesionales y centros de formación técnica, así como programas de capacitación y certificación de oficios que respondan a las demandas del mercado laboral.”
(Ibídem, p. 75)

En su objetivo estratégico específico N.º 6, la ERD refuerza la priorización de la educación técnica y profesional como pilar fundamental para el desarrollo regional.

En este contexto, nuestro llamado es claro: seguir aportando al desarrollo regional de manera pertinente y con calidad. Nuestro desafío es afianzar esa misión mediante una oferta formativa alineada con las áreas estratégicas definidas por la región, que potencie la empleabilidad no solo en términos cuantitativos —más empleos—, sino también cualitativos, es decir, mejores empleos.

Esto incluye el impulso del autoempleo formalizado y de calidad, opción que muchos de nuestros técnicos podrán elegir como vía de crecimiento personal, familiar y social, contribuyendo así al desarrollo integral de nuestros territorios y de toda la región de O’Higgins.

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