El ingreso a la educación superior representa para muchos un momento de alta presión, y en el cual influye, entre otros factores, la decisión no solo de qué carrera y en qué institución estudiar, sino también en qué modalidad hacerlo.
Respecto de esto último, histórica y culturalmente, existiría en Chile la creencia de que es mejor entrar a una universidad antes que a un CFT o IP. Sin embargo, esta forma de pensar muchas veces es provocada por mitos que es importante despejar.
Por eso, en una etapa en la que muchos futuros estudiantes se encuentran en esa disyuntiva, es clave aclarar algunos de los prejuicios más recurrentes:
- Quienes estudian una carrera técnica profesional lo hacen porque no pudieron acceder a la universidad. ¡Falso!
Las carreras técnicas dicen relación con ocupaciones más prácticas que las universitarias, lo cual valoran muchos postulantes. Además, tienen otras importantes ventajas, como una duración más corta y alta empleabilidad. - Los CFT cuentan con poca infraestructura. ¡Falso!
Por la naturaleza de sus carreras, estas instituciones cuentan con equipamiento, laboratorios y espacios para la realización de talleres y actividades, sin los cuales no sería posible enseñar desde lo práctico - La educación técnica está orientada a carreras y trabajos simples. ¡Falso!
Muchas de las carreras TP apuntan a los últimos desarrollos tecnológicos y a las tendencias más actuales, como por ejemplo, autos eléctricos, paneles solares, etc. Todo lo anterior requiere un conocimiento específico para aplicar en industrias complejas. - Entregan menos alternativas de estudio. ¡Falso!
Las carreras técnico profesionales son más cortas y flexibles, esto porque además, apuntan a un público que también se encuentra trabajando y requiere de esa flexibilidad para responder con éxito en los dos ámbitos. - Los Centros de Formación Ténica tienen menos calidad. ¡Falso!
También requieren y obtienen las acreditaciones de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). - Tienen poca tradición. ¡Falso!
En 1942 se crea la Dirección General de Enseñanza Profesional, a fin de orientarse al desarrollo de la educación técnico profesional. Posteriormente, en la década de 1960 surgen distintas instituciones técnicas profesionales.
Muchas son las razones que explican lo atractivo de estudiar carreras técnico profesionales, considerando en gran medida la posibilidad que se tiene de adquirir conocimientos prácticos que resultan clave para ingresar de forma rápida y fluida al mundo del trabajo. Y es esa característica una de las que explican que los CFT e IP sean hoy en día una buena alternativa al momento de comenzar a estudiar.
Cabe destacar, sin embargo, que la educación técnico profesional y la universitaria no son antagónicas, sino que pueden incluso ser complementarias. Esto ocurre en el caso de los convenios de reconocimientos y becas para que titulados de carreras técnicas continúen sus estudios en AIEP, Santo Tomás, INACAP e IACC.