Salud mental en la Educación Superior

Por Octaviano Torres Muñoz, Rector CFTOH.

La salud mental de los estudiantes de educación superior en Chile es un tema crítico que requiere atención urgente, abordar sus causas y orígenes mediante intervenciones institucionales, políticas públicas y acciones comunitarias puede mejorar significativamente la situación actual. Las consecuencias positivas para la sociedad y el futuro del país son inmensas, subrayando la importancia de invertir en la salud mental de nuestros estudiantes.

Estudios y encuestas han revelado que un número significativo de estudiantes experimenta problemas de salud mental, incluyendo estrés, ansiedad y depresión.

Razones para ello pueden ser múltiples, las más presentes son, en primer lugar, dada mi experiencia en educación superior y personal, la presión de cumplir con las demandas académicas, como exámenes, trabajos, proyectos y tesis, todas ellas una fuente importante de estrés, las altas expectativas, tanto propias como de familiares y docentes pueden generar ansiedad, no podemos no reconocer un importante nivel de responsabilidad de nosotros los padres, directa o indirectamente presionamos por una carrera específica, ya sea por tradición familiar, por sueño personal, por ingresos sobre vocación. Como no recordar (y volver a sufrir), los días y noches esperando el resultado a la postulación por una beca, la búsqueda infinita de prácticas y luego de empleo, claramente estos contribuyen al desarrollo de ansiedad y estrés.

Adaptarse a la vida de la educación superior, muchas veces lejos de casa, puede ser difícil y solitario, siendo esta situación, en gran parte, responsabilidad de la familia y colegios, los padres, en su gran mayoría, entregan al mundo de la educación superior a estudiantes sobreprotegidos, inmaduros, no aptos para el reto de la educación superior, aun no entiendo por qué apurarlos si han de vivir ochenta y más años. Un número importante de estudiantes tienen la necesidad de trabajar mientras estudian, la preocupación por los costos de la educación agrava en ellos el estrés, por último, y no menos importante, tenemos las dificultades en las relaciones con amigos, pareja y familia que vienen a afectar negativamente la salud mental.

Algo preocupante en la educación superior es la falta de servicios de salud mental adecuados y accesibles, sin duda un problema significativo, a lo anterior se suma, de manera torpe, el estigma asociado a buscar ayuda para problemas de salud mental, lo que puede impedir que los estudiantes busquen el apoyo que necesitan. Debemos implementar y promover, de forma urgente, servicios de acompañamiento, consejería y apoyo psicológico en la educación superior, a lo anterior sumar la capacitación al personal académico y administrativo para detectar y apoyar a estudiantes con problemas de salud mental. Incluir programas de promoción del bienestar, como talleres, manejo del estrés y habilidades de afrontamiento social y educacional.

Se deben desarrollar políticas públicas de modo incrementar el financiamiento para programas de salud mental en instituciones educativas. Hay que asegurar que todos los estudiantes, independientemente de su situación económica, tengan acceso a servicios de salud mental, realizar campañas nacionales para reducir el estigma asociado a la salud mental y promover la búsqueda de ayuda.

Debemos, como sociedad, fomentar la creación de redes de apoyo entre pares y comunidades estudiantiles, promover actividades recreativas y extracurriculares que ayuden a reducir el estrés y fortalecer las relaciones sociales, fomentando la participación en actividades de voluntariado y compromiso social, lo cual puede mejorar el bienestar personal y la integración social.

Estos problemas de salud mental pueden llevar a un bajo rendimiento académico, aumento de la deserción y retraso en la titulación. Una población estudiantil mentalmente saludable es más probable que se convierta en una fuerza laboral productiva y eficiente. Los problemas de salud mental no tratados pueden resultar en mayores costos económicos para el sistema de salud y la economía en general debido a la pérdida de productividad y el aumento en el uso de servicios de salud. Tremendo es el impacto en el futuro del país, estudiantes con buena salud mental tienen mayores probabilidades de completar sus estudios y contribuir positivamente al desarrollo profesional del país. La salud mental adecuada fomenta la creatividad y la innovación, aspectos cruciales para el progreso social y económico, la promoción de la salud mental puede llevar a una sociedad más cohesionada y resiliente, capaz de enfrentar desafíos y construir un futuro más equitativo y próspero.

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