Por Adrián Pereira Santana, Rector CFTE OH.
El pasado 28 de noviembre, el Consejo Asesor hizo entrega al Ministro de Educación de la Estrategia de Desarrollo para la Educación Superior 2026-2038, que construye una propuesta de futuro posible que considera un sistema de Educación a lo largo de la vida, un sistema productivo que permite la inserción de Chile en un mundo global, así como su adaptación y un sistema de Educación Superior de reconocida experiencia internacional, imbricado con el sistema productivo y la sociedad.
Adicionalmente considera que dicho futuro visualiza una colaboración entre el sector privado, los gobiernos regionales, las Instituciones de Educación Superior (IES) y la sociedad civil para el desarrollo de las estrategias de Desarrollo Regional.
En dicho desafío, la Estrategia considera su articulación con otras políticas y estrategias, entre las que aparece la Estrategia Nacional de Formación Técnico Profesional y la Estrategia Nacional de prospección laboral.
En este sentido, la Estrategia de Desarrollo para la Educación Superior 2026-2038 se articula directamente con el desafío de consolidar la propuesta de los Centros de Formación Técnica del Estado, cuya finalidad es “la formación de técnicos de nivel superior, con énfasis en la calidad de la educación técnica y en mejorar su empleabilidad para que participen en el mundo del trabajo con trayectorias laborales de alta calificación, mejorando así su formación e inserción en el ámbito social y regional (…) estos centros de formación técnica tendrán como objetivos contribuir al desarrollo material y social sostenido, sustentable y equitativo de sus respectivas regiones, colaborando con el fomento de la competitividad y productividad de éstas, contribuir a la diversificación de la matriz productiva de la región y del país (…)” (Ley 20.910).
La Estrategia establece cuatro desafíos estratégicos, Transitar hacia trayectorias formativas flexibles y articuladas; fortalecer los procesos de generación de conocimiento, investigación e innovación en educación superior; fortalecer las capacidades de la educación superior para adaptarse, anticipar y protagonizar los desafíos del futuro; consolidar una gobernanza sistémica de la educación superior.
En su primer desafío (trayectorias articuladas) propone adecuar la estructura de títulos y grados, consolidar mecanismos de reconocimiento y validación de aprendizajes, y consolidar un sistema nacional de cualificaciones, que incorpore el Marco de Cualificaciones TP. También busca robustecer los apoyos para la transición entre educación media y superior; potenciar la calidad, pertinencia y efectividad de la docencia; desarrollar instrumentos de política pública que reconozcan diversas trayectorias y; Apoyar el desarrollo e implementación de políticas y mecanismos de bienestar en las instituciones de educación superior.
En el segundo desafío, se persigue consolidar una institucionalidad robusta y eficiente para la generación de conocimiento e innovación. En ello se propone una línea específica referida a fortalecer instrumentos de política pública para el fomento de la innovación e investigación aplicada en la educación técnico profesional de nivel superior. También lo realiza al referirse a la creación de ecosistemas de innovación, proponiendo fortalecer el rol de las IES TP en la innovación aplicada.
En el desafío 3 no se hace referencia directa a la formación TP en IES, sin embargo se establecen desafíos en articulación con el sector productivo y de prospección laboral, cuestiones que desde la formación TP se realiza a través de la articulación con SENCE y con el Observatorio Laboral regional, ya sea para el fortalecimiento de las capacidades y para la inserción laboral, respectivamente. También lo realiza al plantear el desafío de orientar las capacidades de la educación superior para el mejoramiento e integración con la educación secundaria y sus establecimientos en los territorios, tal y como lo realizan los CFT del Estado con los Establecimientos de Educación Media Técnico Profesional.
Finalmente, en el cuarto desafío, se refiere directamente a los CFT Estatales, planteando la necesidad de adecuar el régimen jurídico establecido en la Ley N°20.910, con el fin de modernizar su marco normativo y fortalecer su capacidad de gestión institucional para el cumplimiento de su misión territorial y de vinculación con los sectores productivos.
Posteriormente se refiere además a la necesidad de promover la colaboración entre subsistemas e instituciones, asegurando la eficiencia de las trayectorias formativas, favoreciendo la consolidación de la sostenibilidad y capacidad de las IES para el cumplimiento de sus misiones.
El desafío es ambicioso y los CFT del Estado se encuentran en el centro del desafío, respondiendo a cada uno de los desafíos planteados, con criterios de sustentabilidad, eficiencia y calidad, pero también con el compromiso de mantener la perspectiva de desarrollo e inserción regional en pro de un sistema integrado, imbricado y colaborativo, que responda a la vez a las necesidades de los habitantes de cada territorio.




